Una reunión muy especial se efectuó esta semana: una meditación y canto de la guruguita
Gurú Guita significa el canto de la obscuridad a la luz, es un diálogo entre el alumno y el maestro supremo, en donde menciona a las divinidades hindúes y su filosofía, es un canto considerado tan poderoso en esa cultura que se dice que cura, que vence todos los obstáculos, “todos los pecados son perdonados y todas las privaciones terminan” como dice el propio canto.
“Me inclino ante el mantra Gururaj (la Guru Guita) que quita el gran miedo. Es el único mantra que nos rescata del océano del mundo. Es el mantra perfecto adorado por sabios y Dioses como Brahma y otros. Es el mantra que pone fin a las privaciones, a las miserias, y a la enfermedad de la existencia mundana”, como dice, el llamado mantra de los mantras.
La palabra Gurú de hecho se utiliza para nombrar a quienes pueden ir más allá de atributo y forma, y esta vez, la Gurú, sentada al oeste de la sala, cumplió cabalmente su función.
Al escuchar el canto, una sensación de luz se apodera de “los buscadores”, o sea, todos aquellos que se acercan con la esperanza de encontrar algo nuevo o de alimentar su hambriento espíritu.
Aprender a realizar este canto, aseguran, lleva años y a veces toda la vida y es palpable en la voz de la guía quien realiza inflexiones de sonidos variados que producen un sentimiento de liberación a quien las escucha.
La mente queda libre de pensamientos, la respiración se vuelve rítmica, y en algún momento, parecen vaciarse espacios llenos internos que ya no permitían reciclar las sensaciones.
Luego la enseñanza: este año, dice, es el año del maestro, año en que todos deben encontrar su maestro interno, ese que los guía regularmente, esa voz que, desde lo profundo, muestra el camino si escuchamos.
“Pero no tienen que convertirse en maestros de otros, no es eso lo que digo, sino maestros de ustedes mismos, el maestro interno debe enseñar a su mente”, esto porque, dijo, muchas veces la mente manda, no se sujeta a nada, cuando debe ser el corazón, donde mora el maestro, el que guíe el razonamiento y los pensamientos.
Y será el silencio, la forma a través de la cual se logrará el objetivo final: la realización del amor, porque cualquier disciplina, cualquier estrategia, cualquier camino o religión, llegará al final hasta ese punto.
Aseguró que este es el planeta del karma, por lo que es imposible deshacerse de él, pero, si pueden hacerse a un lado los bloqueos del mal karma que nuestras acciones tejen a nuestro alrededor y que impiden nuestra felicidad, siendo la voluntad la fuerza que limpia el camino para la realización de los deseos y de la evolución espiritual
“El venir aquí, levantarse temprano esta mañana, el tomar el tiempo para escuchar enseñanzas, el tener la voluntad de realizar una acción en vez de permanecer inactivo, es la forma en que se realiza todo en la vida, un deseo, una acción realizada con voluntad, con el esfuerzo exacto -no más, no menos- es el que acerca al objetivo”, explicó
La gurú sugirió que todos los lunes se dedique un tiempo a la meditación porque el silencio mental siempre será un beneficio para el alma, en lo que coinciden muchas disciplinas.
Pidió un momento de energía de luz y paz para el lugar y el envío de amor a cada criatura y ser de su superficie.
Luego tuvo un minuto a solas con cada buscador, con cada visitante, todos los momentos distintos, cada quien en lo que necesitaba, en lo que debía oír o en el silencioso abrazo del encuentro.
Al fondo, la música hindú continuó sonando, el grupo de 30 personas, al principio extraño, terminó fundiéndose al compartir un refrigerio en el que comenzaron las despedidas, “desde hoy, les dijo ella, estamos unidos” y es que, a pesar de que, cada quien tendrá su camino y su estrategia, tan variados como los 206 versos de la guruguita, habría sin duda, un destino común.