domingo, 15 de noviembre de 2020

EL ROMERO DE SEVILLA VS ÁRBOL DE TRES MIL

En el centro de Sevilla, esperando la salida de cientos de turistas que todos los días recorren la antigua catedral, se apostan a los lados de la puerta grupos de Gitanas. Apenas aparecen las posibles víctimas, se acercan con un ralo ramito de romero que ofrecen gratuitamente. Quienes inocentemente aceptan el regalo escuchan sus voces insistentes ofreciendoles leer sus manos, hablarles del futuro y, siendo aparentemente genuinas gitanas con fama de contar con dotes de videncia, aceptan su oferta. Las mujeres aseguran que el ramo y la lectura es gratis y quienes descansan sentados en la acera pueden escuchar las mismas charlas: que le irá bien en dinero, que hay alguien que la espera en algún sitio, que algo nuevo llegará a su vida y que volverá a Sevilla, nada que no pueda decirles el guardia de la puerta o el niño que pasa en su bicicleta dirigiendose a su casa. Una vez que terminan su "lectura" para sorpresa del leído, le informan que tiene una ddeuda con ellas de 5 o 10 euros (cinco la plantita y diez con lectura), muchas personas les entregan la suma molestos por haber caído en la trampa, pero aquél que se resiste e intenta devolverles el ramo sufre escuchando los gritos de las mujeres llamando a gritos a la policía diciendo que han sido estafadas porque la persona aceptó sus servicios y no los quiere pagar, además de eso, como llegan en grupos de cinco a diez todas se acercan a hacerle fuerte a la gitana lectora y comienzan a lanzarle todo tipo de maldiciones y amenazas a la persona en cuestión, total que finalmete obtienen el dinero que quieren. En México operan diferente, como me contó Antonieta, ella relató que un día caminando por una avenida se le acercó una gitana, no tan moderna como las de España, vestida a la usanza de las estampas antigüas, le insitió una y otra vez que le dejara ver su mano, que veía en ella algo especial y urgente que debía saber. Ella terminó cediendo, entonces solo echó una mirada a su palma abierta y le pidió que la siguiera, Antonieta dijo que a unos pasos de la calle estaba una casa enorme sin muebles en la que había algunas sábanas colgadas que separaban algunos espacios, la mujer la llevó a un cuarto, ella comenzó a preocuparse porque nadie sabía que estaba en ese sitio vacío con la mujer. La mujer le empezó a "leer" la mano, diciendole que tenía algo terrible, que alguien que le había echado sal, mal de ojo y toda clase de maldiciones y brujerías a su dinero, que ella debería ser millonaria, lo que extrañamente no se le hizo raro a Antonieta, sino que terminó convencida de que era cierto. Le "leyó" que tenía una cuenta banacaria, que en su cuarto tenía ocultas unas joyas o cosas de valor, que vivía en un lugar con comodidades y ella por extraño que parezca asintió a todas sus preguntas, luego le dijo que sacara el dinero que tenía en la cartera para "leer" mejor que tipo de maldición le habían hecho y también por más extraño que suene, Antonieta sacó su fajo de billetes, mismos que la mujer metió en un vaso de agua y se puso a analizar. Según dice Antonieta la mujer hablaba sin parar a pesar de que entraba en trance viendo los billetes que sumaban tres mil pesos, incluso entornaba los ojos que se volvían blancos y giraba y giraba el vaso, lo que yo imaginé que hacía la gitana por la emoción de saber que pronto todos esos billetes serían suyos. Tal y como era de suponerse, la gitana le dijo que el dinero estaba maldito y que tendrían que quedarse en su vaso de agua, porque ella cargaría con la maldición para liberarla y que le daría un remedio para que los siguientes billetes que llegaran a sus manos estuvieran libres de toda maldición malaya y, de nuevo, por más raro que suene, accedió a dejarle los billetes, a cambio la mujer le dió un talismán: un kleenex doblado que en su interior albergaba unas semillas de manzana, cuando me las mostró le dije que si no hubiera sido más efectivo un coco, ya que cuando menos es más grande. Antonieta continuó con su relato, me dijo que al salir de la casa de la "gitana" y de un montón de gente que andaba regada dentro y fuera de ella, caminó hacia su auto y se dió cuenta de que tres hombres que esperaban afuera al recibir una señal de la gitana comenzaron a seguirla, subió a su auto y los hombres al de ellos, luego notó que la seguían (obvio ya les había dicho que tenía cosas de valor en su casa), Antonieta entró en desesperación y manejó más rápido pero no podía perderlos, hasta que finalmente giró en una pequeña calle y detuvo el auto apagando las luces, los hombres siguieron de largo. Antonieta aún me pregunta si será que la timó la gitana, ahora la que entorna los ojos y los pone en blanco soy yo....que hago con el talismán"? me pregunta enseñándome las semillas de manzana, síembralas, le digo, quizá salga un árbol de tres mil pesos